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Paneles solares sostenibles: la nueva frontera industrial

A medida que las economías se descarbonizan y prolifera la energía solar, los compradores y desarrolladores de energías renovables deben tener en cuenta la cadena de suministro que hay detrás de los paneles fotovoltaicos y lo que ocurre con ellos una vez que son desmantelados.

Pannelli solari
Pannelli solari

El uso de paneles fotovoltaicos ha crecido a un ritmo sin precedentes desde principios del año 2000. A finales del 2018, las plantas fotovoltaicas eran responsables de unos 480 GW de capacidad instalada en todo el mundo. En el año 2030, se espera que alcancen una capacidad global de 2.840 GW, ascendiendo hasta los 8.519 GW previstos para 2050,  según los datos de la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA por sus siglas en inglés).

A medida que crece el mercado mundial fotovoltaico lo hará también el volumen de paneles fotovoltaicos desmantelados. Teniendo en cuenta que el ciclo de vida medio de un panel solar es de unos 30 años, a partir del 2030 habrá que gestionar cantidades ingentes de desechos electrónicos. 

En 2050, los módulos fotovoltaicos representarán cerca del 10% del total de los desechos electrónicos globales, de acuerdo con el informe Salesforce titulado “Más que un megavatio: incorporando el impacto social y renovable en el proceso de adquisición de energía renovable”.

De este modo, la gestión de la sostenibilidad de los parques fotovoltaicos va más allá de la simple generación de la energía limpia ya que implica también otros aspectos sociales y ambientales que se derivan de la fabricación y del descarte del hardware fotovoltaico, tal y como señala Salesforce.

Como mencionamos en nuestro artículo anterior “La participación de la comunidad local: un aspecto clave en la adquisición de energía renovable”, construir más parques eólicos y solares no es suficiente. Estas instalaciones no deben limitarse a generar energía limpia y a reemplazar a los combustibles fósiles en la red. También deben implementar mejores prácticas que generen beneficios adicionales para el ecosistema ambiental y social que los rodea, en línea con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (ODS).

Con este objetivo, los desarrolladores de energía renovable, como Enel Green Power, están tratando de incorporar criterios de sostenibilidad y economía circular en la compra y el diseño del hardware que subyace en las instalaciones de energía solar.

Por ejemplo, una de las condiciones impuestas por nuestra empresa es que todos los módulos cuenten con una certificación externa -a través de la Declaración Ambiental del Producto (EPD, por sus siglas en inglés)- que garantice su reciclabilidad al final de su vida útil. Además, cualquier sistema con tecnología Inverter que se compre debe contar con el certificado de sostenibilidad bajo ISO 14064 (emisiones) e ISO 14067 (huella de carbono).

Otro recurso que pueden usar los compradores, tal y como señala el informe Salesforce, es la etiqueta ecológica EPEAT del Green Electronics Council (Consejo de Electricidad verde), que identifica aquellos productos que cumplen con los criterios de rendimiento de sostenibilidad basados en el ciclo de vida útil para módulos fotovoltaicos e inversores.

Dichos criterios abordan múltiples cuestiones, como los materiales con los que está fabricado el producto, el abastecimiento, el uso del agua y la energía en su fabricación, el rendimiento social en la cadena de suministro, y el reciclaje responsable al final de su vida útil. Esto se traduce en beneficios cuantificables, que incluyen la reducción de gases de efecto invernadero, tóxicos y desechos sólidos.

Una cadena de suministro circular para los paneles solares

Sin embargo, hay que ir más allá de la compra de productos certificados. Es necesario concebir la cadena de suministro de paneles solares desde una perspectiva de economía circular.

Esto implica reciclar y reutilizar los paneles fotovoltaicos que están operativos actualmente y que deberán ser recuperados al final de su vida útil, para así maximizar su valor. De hecho, el reciclaje responsable de módulos fotovoltaicos, tanto los presentan una falla prematura como los que están al final de su vida útil, puede minimizar los residuos inyectar materias primas valiosas como vidrio, aluminio, plata y cobre a la economía, según recoge el informe “Más que un megavatio”.

Además, los nuevos paneles solares deben respetar los parámetros del diseño circular: la clave es tener en mente el final de su vida útil desde la primera fase de proyectación y de dibujo, para facilitar las reparaciones y ampliar su utilidad. Para ello, es fundamental trabajar en los aspectos ligados al diseño como la modularidad, el desmontaje, la estandarización, y hacer una selección de materiales que privilegie el uso de materiales biológicos o reciclados.

La gestión responsable del final de la vida útil es cada vez más importante en el ámbito de la recuperación de recursos valiosos, de la contribución a la economía circular y de la garantía de que las actuales centrales de energía limpia no se conviertan en futuras cargas de residuos, como se señala el informe “Más que un megavatio”.

El compromiso con una industria solar sostenible

Enel Green Power está profundamente comprometida con el desarrollo de una industria solar que sea sostenible mediante el uso de tecnologías circulares sólidas. Actualmente, la empresa está aplicando un doble enfoque: la reutilización de módulos fotovoltaicos desmantelados y el reciclaje de los productos al final de su vida útil. 

En este sentido, Enel Green Power es una de las empresas e institutos de investigación que forman parte de PHOTORAMA, un nuevo proyecto de la Unión Europea para diseñar una cadena de valor circular, rentable y sostenible que logre una industria fotovoltaica neutra en carbono.

El objetivo de este consorcio empresarial es desarrollar tecnologías que sean a la vez eficientes, rentables y respetuosas con el medio ambiente, a través del reciclaje de productos fotovoltaicos al final de su vida útil y de los desechos que se generen durante fabricación. También con la recuperación de más del 95% de las materias primas secundarias usadas que podrían ser reinyectadas en la cadena de valor de la fabricación de paneles solares.

Mientras tanto, al otro lado del océano, EGP participa activamente en un proyecto para dar una segunda vida a los módulos fotovoltaicos, apoyado por la Agencia Chilena de Desarrollo Económico (CORFO).

La idea es desarrollar y validar protocolos para controlar los módulos que presenten algún fallo y que, por tanto, hayan dejado de funcionar antes del final previsto de su vida útil, con el objetivo de reutilizarlos en otros escenarios y condiciones. El objetivo es demostrar la viabilidad técnica y económica del nuevo uso de los módulos retirados en el mercado secundario, creando las bases para un enfoque que cumpla con las directrices de la economía circular.

El lado positivo: un vasto mercado nuevo

La gestión del final de la vida útil de los paneles solares puede dar lugar a nuevas industrias, creando empleos en el sector público y privado, y produciendo un nuevo valor económico considerable dentro del cambio global hacia el desarrollo sostenible a largo plazo, según destaca el informe conjunto de Sistemas de Energía Fotovoltaica de la Agencia Internacional de Energía (IEA-PVPS, por sus siglas en inglés) e IRENA.

Con una correcta gestión, el nuevo desafío ambiental que se deriva de la cadena de suministro de los paneles solares podría convertirse en una importante oportunidad económica. De hecho, el reciclaje responsable de los paneles tiene el potencial de generar materias primas con las que crear otros dos mil millones de nuevos paneles para el 2050.

Además, el reciclaje o reutilización de los paneles al final de su vida útil – estimada en unos 30 años- puede liberar un stock estimado de 78 millones de toneladas de materia prima y otros componentes valiosos a nivel mundial de aquí al 2050. Además si esos recursos son nuevamente transferidos a la economía, el valor de los materiales recuperados podría exceder los 15.000 millones de dólares en el 2050.

En resumen, el sector del reciclaje fotovoltaico puede jugar un papel fundamental en la transición mundial hacia un futuro basado en energías sostenibles, económicamente viables y renovables, tal y como sostiene el informe IEA-PVPS e IRENA. 

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